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Luis Cabrera, Secretario de Hacienda, explains early withdrawal of Ejército Constitucionalista notes, June 1916

El Sr. Srio. de Hacienda y Crédito Público explica clara y precisamente las razones que tuvo el Gobierno para acelerar el retiro de una parte del papel moneda de la antigua emisión y ofrece que para mañana, no como funcionario sino como político, dirá quienes son los verdaderos enemigos de la revolución.
En momentos como los actuales, se hace gran número de comentarios acerca de las medidas que el Gobierno dicta en materias hacendarias.
Apartándome de lo que es costumbre quiero tener el derecho de decir en público unas cuentas palabras como contestación a los ataques que solapadamente bajo la forma de rumores y díceres se hacen contra las medidas dictadas por el Gobierno.
En la presente carta me propongo exponer para conocimiento del público, cuáles han sido las razones que tuvo la Secretaría de Hacienda para acelerar el retiro de una parte del papel de Veracruz y Ejército Constitucionalista y en otra diré mañana, como político y no como funcionario público, quienes son los verdaderos enemigos de la Revolución en materias financieras, tales como se han revelado por los recientes acontecimientos relacionados con la circulación del papel moneda.
El público debe comprender que al retirarse una moneda, deben causarse necesariamente perjuicios, y por consiguiente, para juzgar los actos del Gobierno, debe verse cuales son los perjuicios que se palpan y cuales hubieran sido los perjuicios que se habrían ocasionado de no tomarse esa medida.
Como en otra ocasión he dicho, en las cuestiones económicas interesa al Gobierno hacer ver quien es el que mira por los intereses del pueblo, y quien trabaja contra ellos. Con motivo del papel moneda, existe francamente una lucha entre el comercio y el público: aquel tendiendo a vender su mercancía al más alto precio y a descargarse del papel moneda sobre el público, y éste tendiendo a defenderse de los precios del comercio y de la moneda que pronto debe de dejar de circular. El Gobierno tomó el partido del pueblo.
Las razones que la Secretaría de Hacienda tuvo para acelerar el retito del papel de Veracruz y Ejército Constitucionalista, tienden todas a evitar los naturales perjuicios a las clases consumidoras que en toda crisis económica se encuentran a merced de las clases capitalistas y productoras.
Los tres días que acaban de pasar, deben dar una idea al público, de lo que habría sido la situación económica de todo el país, si en vez de retirarse de golpe el papel de $20, $50 y $100, se hubiera conservado la misma situación durante todo el mes de junio.
El Gobierno Constitucionalista pensó que para evitar las consecuencias perjudiciales de un largo período de transición era necesario apresurar el retiro de una parte de la moneda constitucionalista.
Era seguro que durante todo el mes de junio que le quedaba de vida al papel de Veracruz, los tenedores de billetes procurarían deshacerse de ellos. Cuando una moneda va a retirarse, es claro, que alguien tiene que quedarse con ella. Los más hábiles o los que cuentan con mayores recursos o con influencias, siempre hallan la manera de hacer refluir la moneda mala sobre las clases pobres, sobre las clases consumidoras y sobre los que en suma, siendo menos hábiles o más débiles, no pueden defenderse.
Si hubiéramos esperado hasta el 30 de junio, conservando en circulación toda la moneda de Veracruz, es seguro que al final del mes, el comercio, los Bancos, los propietarios, los comisionistas y, en general todos los hábiles, todos los ricos y todos los influyentes hubieran ido hechando la moneda sobre las clases consumidoras, hasta quedar sin perder nada.
La mayor parte de las observaciones que se me han hecho en lo personal respecto de los perjuicios causados por esta moneda, van siempre acompañadas de la indicación ingénua de que, si el gobierno hubiera dejado la moneda, como había dicho hasta el 30 de junio “NOS HUBIERAMOS IDO DESCARTANDO DE ELLA POCO A POCO” ¿Sobre quien?
Al anticiparse, pues, el retiro de los billetes de $20, $50 y $100, la Secretaría de Hacienda se propuso evitar un mal, y de hecho ha logrado que los perjuicios consiguientes al retiro de la moneda, quedarán más equitativamente distribuidos entre todas las clases sociales.
Fué precisamente para evitar que las clases mercantiles y hábiles se descargaran de la moneda sobre las clases pobres e ignorantes, por lo que el Gobierno tomó la medida de suspender transitoriamente las especulaciones sobre venta de moneda, pues si hubiera habido oportunidad de que los especuladores negociaran, éstos habrían sido el conducto para que la moneda pasara violentamente de unas manos a otras, en 24 horas.
El Gobierno tuvo también en cuenta que si se hubiese retirado toda la moneda de Veracruz de una sola vez el día 30 de junio, la situación habría sido mucho más crítica y más difícil para los tenedores de ella; mientras que dividida en dos partidas retirando prematuramente la de $20, $50 y $100, que es la que se encuentra realmente en grandes cantidades en poder de personas medianamente acomodadas y dejando subsistente la de $10, $5.00, $2.00 y $1.00 que es la que se encuentra en manos de las clases populares, las consecuencias del retiro han quedado atenuadas.
El Gobierno por otra parte, tuvo en cuenta que habiendo ya en circulación papel infalsificable, éste no circulaba profusamente, sino que casi siempre se cambiara por oro, porque la presencia en el mercado de los billetes de 420, $50 y $100 de Veracruz impedía hasta cierto punto, la circulación de los billetes infalsificables de $5, $10 y $20.
Se ve pues, por todo lo anterior, que al Gobierno, al retirar repentinamente la moneda de $20, $50 y $100 de Veracruz, no tuvo otro objeto que proteger a los clases consumidoras y de pocos recursos, contra la inundación de papel que sobre ellas hubiera caído por virtud de la mayor habilidad de las clases productoras y capitalistas.
Quedo de Ud., como siempre afmo., atento y S. S.,
Luis Cabrera