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Carranza's report to Congress, Mexico City, 15 April 1917 (selections)

INFORME DEL C: PRIMER JEFE DEL EJERCITO CONSTITUCIONALISTA, ENCARGADO DEL PODER EJECUTIVO, AL CONGRESO DE LA UNION
(15 de abril de 1917)

EMISIONES DE PAPEL MONEDA
La primera emisión de papel moneda fué ordenada por decreto de 26 de abril de 1913, únicamente por la suma de cinco millones de pesos, pues al principio de la revolución no se tenía idea de las necesidades efectivas de la campaña ni podría preverse la duración de la guerra, ni se tenía experiencia respecto del valor efectivo que pudiera llegar a alcanzar el papel. Por virtud de esta autorización, se imprimieron cinco millones de pesos, que más tarde fueron conocidos con el nombre de “Emisión de Monclova.”
En diciembre de 1913 se mandó ampliar esa emisión hasta la cantidad de veinte millones de pesos y en febrero de 1914 hubo necesidad de aumentarla a treinta millones.
Las emisiones que se efectuaron para completar esta cifra y que importaron la suma de veinticinco millones de pesos, es lo que se conoce con el nombre de “Emisión del Ejército Constitucionalista”.
Habiendo llegado el Ejército Constitucionalista a la ciudad de México en agosto de 1914, se sintió desde luego la necesidad de hacer una conversión de las emisiones anteriores, al mismo tiempo que de ampliar considerablemente su monto para atender a las múltiples necesidades que se presentaron desde luego al ocupar la parte sur del país. Al efecto, en 19 de noviembre de 1914, se creó una deuda interior por ciento treinta millones de pesos para amortizar los billetes conocidos con el nombre de "Emisión de Monclova" y "Ejército Constitucionalista," y hacer frente a los gastos que siguiera requiriendo la Revolución, pues en esa época ya había comenzado la lucha contra el villismo.
La impresión de los billetes correspondientes a esta emisión, se comenzó en la ciudad de México en donde se imprimieron cerca de cuarenta y tres millones de pesos que fueron los que más tarde se conocieron con el nombre de "Emisión del Gobierno Provisional de México." La impresión de billetes se continuó en Veracruz ampliándose la emisión a otros setenta millones de pesos, hasta hacer un total de autorización de doscientos millones. Más tarde fué necesario ampliar esta emisión a doscientos cincuenta millones.
La emisión de billetes hecha en Veracruz en virtud de estas autorizaciones, es la que más tarde se conoció con el nombre de "Papel de Veracruz." La cifra efectiva emitida de papel de Veracruz, excedió considerablemente de lo que acusaban las autorizaciones por haberse tenido que comenzar a recoger los billetes de la "Emisión de México," cuya circulación se hizo difícil a consecuencia de la falsificación hecha en México por el Gobierno de la Convención, y que se conoce con el nombre de ''Revalidados."
El total de las emisiones hechas por el Gobierno Constitucionalista, durante el primero y segundo períodos de la Revolución, es el siguiente:

Papel de Monclova    $      5,000,000.00
Ejército Constitucionalista   25,000,000.00
Gobierno Provisional de México 42,625,000.00
Gobierno Provisional de Veracruz 599,329,221.00
Total $  671,954,221.00

                        
Como puede verse, el monto de la emisión de Veracruz excedió con mucho al fijado en las autorizaciones. Esto se debió a las apremiantes necesidades de la campaña militar, pero no puede perjudicar el buen nombre del Gobierno Constitucionalista, porque las emisiones estaban estrictamente vigiladas, y en todo caso el papel moneda impreso ingresaba a la Tesorería para su distribución, y se llevó cuenta exacta de su aplicación.
El papel moneda del Gobierno Constitucionalista nunca fué vendido para arbitrarse fondos en el extranjero.

EMISIONES DE JEFES MILITARES,
El alejamiento y la independencia con que obraban muchas veces los jefes militares, sobre todo al principio de la Revolución, hacía imposible que estos pudieran ser provistos de fondos por la Primera Jefatura. A esto se debió la necesidad en que me vi en un principio, de autorizar a varios jefes militares para que hicieran emisiones de carácter local para arbitrarse fondos para la campaña. Los principales jefes autorizados para hacer emisiones fueron naturalmente los que tenían mayor cantidad de fuerzas a su mando, entre ellos el general Villa, el general Obregón y el general González. Más tarde, en el segundo período de la campaña militar, hubo necesidad de dar autorización a otros jefes para arbitrarse fondos emitiendo papel transitorio mientras no recibían el que pudiera proporcionarles la Primera Jefatura. Tal fué el origen de otras autorizaciones, como por ejemplo, las dadas a Arrieta, Diéguez, Caballero, Murguía, Morales y Molina.
No hay datos suficientes para poder decir el monto exacto de las emisiones hechas por virtud de autorizaciones a jefes militares. En algunos casos el monto de las autorizaciones estaba determinado, y en otros el jefe militar quedaba autorizado para obrar conforme a las necesidades de la campaña.
La mayor parte de los jefes militares se sujetaron a sus instrucciones, pero en otros casos se excedieron de las autorizaciones. El General Villa, por ejemplo, fué autorizado a emitir diez millones de pesos para las necesidades de su campaña en el Estado de Chihuahua, y sin embargo, desde antes de su infidencia había ya comenzado a excederse en sus emisiones en cantidades considerables, pudiendo decirse que las emisiones de papel del Estado de Chihuahua, montan a varios cientos de millones de pesos y se confunden con las emisiones de papel falso y de enemigos.
Puede, sin embargo, decirse que el monto total de las emisiones hechas por los jefes militares con autorización de la Primera Jefatura, no excedió de treinta millones de pesos.
Estas emisiones fueron retiradas más tarde, algunas canjeadas, y en la actualidad no quedan más que cerca de dos millones de pesos depositados en la comisión monetaria, pendientes de conversión.

PAPEL MONEDA DE LOS ENEMIGOS.
Cada uno de los enemigos de la Revolución procuró hacer emisiones de papel en la misma forma que lo había hecho el Gobierno Constitucionalista, ya sea de propia autoridad, ya sea tratando de hacer papel como salido del Gobierno Constitucionalista mismo.
Villa hizo dos emisiones, ambas en cantidad considerable: las conocidas con el nombre de “Dos caras” y de “Sábanas”.
Al desocupar la ciudad de México el Gobierno Constitucionalista en noviembre de 1914, el llamado Gobierno de la Convención encontró en la Imprenta del Gobierno elementos tipográficos que le permitieron continuar la impresión de billetes hecha por el Gobierno Constitucionalista en la ciudad de México, solamente que agregando un sello de revalidación, con el fin de hacer creer al público que se trataba del papel mismo de la Primera Jefatura; este fué el papel que se llamó "Revalidado.”
El Gobierno Constitucionalista no se dio cuenta oportuna de esta falsificación de sus emisiones lanzada por sus propios enemigos, sino hasta la ocupación de la ciudad de México en febrero de 1915, que fué cuando se aclaró que se trataba de una emisión falsa que por fortuna pudo identificarse; pero que obligó sin embargo al Gobierno Constitucionalista a retirar la emisión del 'Gobierno Provisional de México."
En iguales condiciones otros enemigos de la Revolución hicieron emisiones de papel, como las de Yucatán y Sonora.
El Gobierno Constitucionalista, sin vacilación, obrando en justicia, y como por medida política y militar, desconoció el papel emitido por los enemigos, y prohibió su circulación, en cada lugar que ocupabamos. Esto causó algunos trastornos a las clases menesterosas, que procuraron atenuarse ayudándolas con provisiones en los grandes centros de población; pero en cambio debilitó considerablemente a los enemigos, cuya moneda cayó rápidamente.

Vino por último a perturbar seriamente la circulación de nuestra moneda fiduciaria, el gran número de falsificaciones efectuadas tanto para lucrar, como con propósitos políticos.

INFALSIFICABLE.
La expresada circunstancia de las falsificaciones, las emisiones espurias del papel del Gobierno Provisional hechas por la Convención y conocidas con el nombre de "Revalidados" y las naturales perturbaciones en la situación monetaria causadas por la existencia de diversas clases de papel moneda, hicieron necesario pensar en la conversión de toda aquella deuda a un solo papel que al mismo tiempo que presentara la ventaja de la unidad, tuviera la de hacer imposible la falsificación.
E1 propósito de esta emisión fué substituir el papel viejo por un papel infalsificable; limitar la cantidad de papel circulante a la suma de quinientos millones de pesos y dar a esta emisión un valor fijo por medio de una garantía en metálico, sin emitir más que las cantidades que pudieran garantizarse.
La impresión de este papel infalsificable se hizo en los Estados Unidos por una de las casas grabadoras de más reputación, y montó a la suma de cuatrocientos cincuenta millones de pesos. Hubo sin embargo necesidad de imprimir en México moneda fiduciaria de dos pesos, un peso, cinco, diez y veinte centavos, con todo lo cual llegó la emisión a cerca de quinientos cuarenta millones de pesos, que no llegaron todos a lanzarse a la circulación. Se encuentran actualmente en poder del Gobierno como ciento cuarenta millones de pesos, quedando por lo tanto en poder del público, como cuatrocientos millones que sin atender al valor comercial, si se computaran a veinte centavos por peso, representarían una deuda de ochenta millones de pesos.
Para manejar y garantizar este papel se creó una comisión monetaria que debiera encargarse del manejo de fondo de garantía.

RETIRO DEL PAPEL ANTIGUO.
El programa que el Gobierno se propuso seguir para retirar el papel antiguo y poner en circulación el nuevo, consistía en admitir el papel de Veracruz y "Ejército Constitucionalista" en pago de la mayor parte de los impuestos tanto de la Federación como de los Estados, en pago de fletes y pasajes ferrocarrileros, portes de correos, telegramas y en general en pago de todas las obligaciones para con el Gobierno que no fueran de naturaleza especialmente metálica. En cambio el Gobierno se proponía cubrir sus presupuestos, tanto los federales como los locales, con papel infalsificable a partir del primero de mayo de 1916; emitiéndolo a medida que tuviera metálico para garantizar veinte centavos oro por cada peso papel.
Al ponerse en circulación el papel infalsificable en esa fecha, se hizo sentir naturalmente una baja en el valor del papel de Veracruz, lo cual obligó al Gobierno a acelerar su retiro de la circulación para evitar los perjuicios a que daba lugar la coexistencia de dos papeles de distinto valor.
A ese efecto, a partir del cinco de junio quedaron retirados de la circulación los billetes de veinte, cincuenta y cien pesos del "Ejército Constitucionalista," el 30 de junio quedaron retirados los billetes de diez, cinco, dos y un pesos y la moneda fraccionaria.
Se dispuso que el papel moneda de Veracruz y "Ejército Constitucionalista” que no quisieran o que no pudieran sus tenedores utilizar en pago de impuestos, fuese depositado en las oficinas del Gobierno y de la Comisión Monetaria, para que en su oportunidad se canjeara a razón de diez centavos oro o un peso papel, por certificados en oro nacional, pagaderos en cinco anualidades.
E1 papel de Veracruz se retiró de la circulación como se había proyectado, recibiéndolo en impuestos y aceptándolo en pago de fletes y pasajes; pero además se hizo necesario en los momentos de mayor depreciación del papel, comprar grandes cantidades, y por último, se vio el Gobierno obligado a canjear alas clases menesterosas el papel de Veracruz que quedaba en sus manos.
De esta manera se recogieron aproximadamente quinientos millones de pesos de papel de Veracruz.

En cuanto a los depósitos de este papel para su canje por certificados oro, solamente ascendieron a cincuenta millones de pesos que es lo que aproximadamente ha recibido la Comisión Monetaria para canjear por certificados ero. Estos cincuenta millones al tipo de diez centavos oro nacional, significan una deuda de cinco millones de pesos oro como saldo vivo de las emisiones de Veracruz y "Ejército Constitucionalista."
Las diversas emisiones de papel hechas por jefes militares, fueron igualmente retiradas, algunas en forma de canje como se hizo en Sinaloa, Tepic y Jalisco, algunas en forma de depósito. De éstas solamente hay depositadas en poder de la Comisión Monetaria, cerca de dos millones de pesos papel.

CIRCULACIÓN METÁLICA.
Al comenzar la circulación del papel infalsificable, el Gobierno se propuso garantizar un valor de veinte centavos oro nacional, por cada peso. No tuvo sin embargo, el Gobierno, suficientes reservas de oro ni suficientes ingresos en metálico para poder sostener el precio de este papel cambiándolo libremente al precio de garantía. Los egresos del Gobierno en metálico continuaron haciéndose cada vez más apremiantes y la elevación de los precios de los materiales, municiones, equipos y provisiones de fuerzas, que el Gobierno tenía que adquirir en metálico, lo hacían disponer constantemente de sus ingresos en oro.
El Gobierno hizo lo posible por sostener el papel infalsificable, pero paulatinamente, y por razón natural el valor del papel continuó descendiendo.
En los momentos de lucha intestina, la circulación del papel moneda estaba enteramente indicada, pero aun concluida la Revolución, las condiciones del resto del mundo aconsejaban continuar transitoriamente un régimen de papel moneda, y el Gobierno lo habría continuado si hubiese podido conseguir fondos suficientes para garantizar su circulación.
Los Bancos fueron un factor eficaz para procurar la caída del papel, y muchas personas, aun de las que podrían suponerse amigas de la Revolución, no sólo no ayudaban al Gobierno a sostener el papel, sino que aceleraron su caída.
E1 comercio de las principales ciudades del país elevó considerablemente sus precios en papel moneda, y de allí que las clases trabajadoras, después de agotar sus esfuerzos para obtener la baja del precio de las mercancías, se vieran obligadas a exigir el pago de sus salarios en metálico, contribuyendo con esto a la mayor depreciación del papel moneda y forzando en cierto modo la circulación metálica.
En noviembre del año de 1916, el precio del papel infalsificable era tan bajo, que fué ya imposible utilizarlo como moneda, y la Primera Jefatura se vio obligada a dictar la disposición reasumiendo la circulación metálica, que se encuentra ya restablecida desde el primero de diciembre del año pasado.
E1 problema monetario continúa sin embargo sin resolverse, pues no existiendo billetes de Banco, ni otras formas de crédito que substituyan la circulación metálica, ésta ha tenido que hacerse casi enteramente sobre la base de circulación de monedas de oro, plata y cobre.
Al restablecerse la circulación metálica, una complicación se presentó, y fué el alto valor de la plata en los mercados extranjeros, que ha hecho que nuestro peso se encuentre por encima de la calidad legal, y que, por tanto, se haya retirado de la circulación últimamente.
E1 Gobierno está acudiendo a la acuñación constante de tostones, y que por su ley más baja se han conservado en circulación hasta la fecha, aunque es de temerse que si continúa ascendiendo el valor de la plata, la eliminación de estas especies pondrá otra vez la circulación metálica en peligro.
Una comparación entre el régimen del papel moneda y el régimen de circulación metálica, resulta desfavorable a ésta por lo que hace a las necesidades de las clases consumidoras, pues el precio de los artículos de primera necesidad, sobre todo los de producción nacional, aparentemente mucho más elevado en papel moneda, era sin embargo considerablemente más bajo que el precio de los mismos artículos bajo el régimen de la circulación metálica.
El Gobierno tiene la conciencia de haber hecho todo lo posible por sostener el papel infalsificable como moneda circulante; pero desgraciadamente hubo un gran número de factores, y entre ellos muchos intencionales, que contribuyeron también a hacerlo descender y obligaron al Gobierno a volver al régimen de circulación metálica.

Recientemente se ha decretado un recargo a los impuestos que gravan el comercio exterior, pagadero en papel infalsificable, para ver de comenzar a recoger esta emisión en la forma menos gravosa para el Gobierno y sus tenedores.


BANCOS

Desde el Gobierno del General Díaz, el sistema de Bancos existente en México a base de concesión, implicaba un sistema de privilegios cuyos inconvenientes se habían hecho notar desde hacía mucho tiempo.
Los Bancos de emisión de México prestaron al Gobierno de Huerta, para que luchara contra la Revolución Constitucionalista, aproximadamente la cantidad de cuarenta y seis millones y medio de pesos El Gobierno de Huerta autorizó en cambio, el régimen de circulación forzosa de sus billetes, que el Gobierno Constitucionalista encontró a su llegada.
E1 Gobierno Constitucionalista, ocupado en otras atenciones de la campaña, no pudo luego atender la materia bancaria, por más que los Bancos de hecho constituían poderosos enemigos financieros de la Revolución.
Los propios Bancos, por otra parte, se encontraban en condiciones de no poder restablecer la circulación voluntaria de su papel, pues aun cuando algunos pudieron tener casi completas sus reservas, si se les hubiera obligado a pagar sus billetes a la par habrían tenido que ponerse en liquidación.
No deseando, por otra parte, el Gobierno que el acervo metálico acumulado en los Bancos desapareciese, prefirió tomar medidas para evitar que se dispusiera de dicho acervo. Dictó, al efecto, disposiciones para obligar a las instituciones de crédito a completar sus reservas, y no habiéndose logrado ese objeto, hubo necesidad de decretar la incautación de los Bancos, medida que se llevó a cabo, prácticamente, sin necesidad de tomar posesión de los Bancos mismos, sino pasando la administración de éstos a manos de un Consejo de Incautación.
E1 problema bancario se encuentra pendiente de resolución, pues habiendo decretado el Congreso Constituyente que debe haber un Banco Único de emisión, no ha podido resolverse la situación definitiva de los Bancos hasta tanto no pueda precederse a fundar el Banco Único que deba substituir a las instituciones bancarias actuales.
E1 Gobierno Constitucionalista, apremiado por las circunstancias, ha tenido necesidad de tomar para las atenciones del Gobierno, de todos los Bancos, muy cerca de veinte millones de pesos. Esto constituye una deuda del Gobierno para las instituciones bancarias, que éste reconoce como un préstamo a corto plazo y para el cual está dispuesto a proporcionar garantías suficientes.
Deseo llamar la atención del Congreso sobre que el Gobierno Constitucionalista no acudió a tomar dinero de las reservas de los Bancos, sino cuando el papel moneda había sido enteramente vencido.
Debe hacerse notar, sin embargo, que solamente el Banco Nacional y el Banco de Londres, prestaron al Gobierno de la Usurpación veinte millones de pesos.